EL TIEMPO

El tiempo, es una de las cosas de las que se suele hablar cuando no sabes que decir, pero yo tengo que hablar del tiempo, el mal tiempo, que me tiene obsesionada.

El sábado estuvo en casa, Virginia, una amiga de Pablo, recién llegada de Guatemala, llevará aquí mes y medio, en realidad vive en Bilbao, y la pobrecita, canaria ella para más señas, dice que lo que peor lleva es el tiempo, que por aquí llueve y hace frío, y claro para no variar, el tiempo le dió la razón.

A pesar de que amaneció un día ni fu ni fa, luego mejoró y estuvimos paseando por la playa del Sardinero, en la que ya se veían los primeros bañistas de la temporada, y nos las prometiamos muy felices por la tarde pensabamos ir a pasear y ver las bellezas de Santander, pero creo que va a tener que volver, porque a las cuatro de la tarde cayó una granizada de espanto, los granizos eran como nueces, yo en mi vida había visto cosa semejante, se hizo de noche y cuando amainó siguió lloviendo toda la tarde.

El domingo estuve en Reinosa y salía el sol ,, al poco llegaban las nubes y la tormenta, descargaba y vuelta a salir el sol, así por dos veces en la tarde, de locura, pero creo que en Santander llovió toda la tarde, vaya mierda de primavera.

Está visto que nunca llueve a gusto de todos, porque yo me paso el día renegando del mal tiempo,(todos los años igual), pero en cambio hoy cuando fuí a sellar las quinielas, decían unas mujeres, que vaya calor que hacia, (23 grados al sol) que a ver si llovia por lo menos tres días para que se quitara esa sensación de bochorno, que vaya humedad, ( que querrán en un puerto de mar) y la otra respondía, si lo mejor es el nordeste, que aunque haya que llevar chaqueta se está mejor.

El que me conozca, sabrá las ganas que me han dado de ahogarlas por gilipollas, tristes, o bien meterlas en un horno para que sepan lo que es calor, ¡ habrase visto!.

Claro, inmediatamente he sellado las quinielas para ver si es posible que me toque un pellizcuco y me puedo ir a tomar el sol y a pasar calor lejos de toda esa gente , que estarían mejor viviendo en la Antártida, seguro que cuando allí hiciera 50 grados bajo cero, dirian que mejor eso que el calor tan espantoso del Norte de España.

Después para librarme del disgusto, he decidido prescindir del café y he pasado los veinte minutos que me corresponde, comiendo una manazana a la vez que tomaba el poquito sol en la plaza de Méjico, lejos de los árboles que me puedan dar sombra y a la salud de las dos tristes y rancias señoras.

Pero como ellas aquí en esta tierra hay mucha gente así, yo todos los años tengo cada pelea que pa que, solo están felices cuando llueve, que digo yo,, para que coño querán que llueva si en Santander no hay ríos y todo el agua se marcha a la mar, y no sirve para nada.

Y como digo yo, que llueva en invierno y nieve, pues vale es como tiene que ser, en primavera y otoño, días lluviosos y días claros,pero en verano, ¡ joer!, sol ,sol sol y calor, ¡ COMO TIENE QUE SER!

Pues aquí al reves del mundo, este invierno no ha nevado, en febrero, estábamos en camiseta de tirantes, y en mayo me decían ayer en Reinosa que habían tenido la calefacción encendida, ya podemos prepararnos para el verano, será más de lo mismo, nubes, nieblas, brumas costeras y su puñetera madre.

Así que no es de extrañar que las playas de aquí estén tan bien, sean tan limpias y tan maravillosas, como no ¡ si son vírgenes! ¡nudistas!, como diría Jose, no va ni dios a ellas, con este tiempo, tan magnífico.

En algunos pueblos sacan a pasear al santo para que llueva, pues aqúí habrá que sacarlo para que haga bueno, dos o tres meses, en verano, tampoco es tanto pedir, y que se jodan los tristes.