martes, 3 de julio de 2007

BALADA DE OTOÑO

En esta lluviosa tarde de verano, me acordé de unas cuantas canciones que hablan de la lluvia y entre otras me vino a la mente la Balada de otoño de Serrat, que refleja como ninguna el color de esta tarde o como yo la siento hoy.

Lueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados
sobre los campos, llueve.

Pintaron de gris el cielo
y el suelo
se fue abrigando con hojas,
se fue vistiendo de otoño
la tarde que se adormece
parece
un niño que el viento mece
con su balada en otoño.

Una balada en otoño,
un canto triste de melancolía
que nace al morir el día.
Una balada en otoño,
a veces como un murmullo
y a veces como un lamento
y a veces viento.

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados
sobre los campos, llueve.

Te podría contar
que está quemandose mi último leño en el
hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa doy
todo lo que soy,
porque estoy solo
y tengo miedo.

Si tú fueras capaz
de ver los ojos tristes de una lámpara y
hablar
con esa porcelana que descubrí ayer
y que por un momento se ha vuelto mujer.

Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado
volverías a mi lado.

Se va la tarde y me deja
la queja
que mañana será vieja
de una balada en otoño.

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados.

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