El 10 de abril, después de desayunar y trajinar un día más con las maletas, nos recogió Walter y el piloto de la embarcación (un chaval de 14 o 15 años) y nos llevaron a ver la isla de los pájaros y el Castillo de San Felipe, porque debido a la tardanza del día anterior no habiamos podido verlo. Muy bello todo en unos rincones paradisíacos del precioso lago Izabal.
Ya en tierra firme, subimos nuevamente a la furgo y nos pusimos en ruta hacia la isla de Flores, en el Area del Petén, reserva de la biosfera maya.
Llegamos al hotel enseguida para lo que estábamos acostumbrados a viajar, un precioso hotel el Petén Espléndido, habitaciones amplias , aire acondicionado y una maravillosa piscina de la que enseguida hicimos uso y disfrute., el hotel estaba situado en la misma orilla del lago Petén, cerca del aeropuerto de Santa Elena a donde viajaríamos al día siguiente para regresar a Guate pues estábamos a 515 km y no estábamos dispuestos a hacerlos en bus.
Como digo nos pegamos un par de bañitos, nos arreglamos un poco y fuimos andando al pueblo de Flores, en donde comimos y luego dimos un paseito, compramos en un mercado de artesania, hicimos fotos de la precios puesta de sol sobre el lago y poco a poco bajamos hasta el hotel, nos pegamos otros dos o tres bañitos, ya de noche y con la misma a cenar allí mismo en la terracita del hotel.
Este día fué de relax total.
Copita en la terraza y a dormir, porque al día siguiente nos esperaba una dura jornada en nuestro viaje a Tikal, pero eso....... será otro día.
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